jueves, agosto 24, 2006

Una decisión que hay que tomar: Aceptar la imperfección

Muchas de las personas que no consiguen ser felices en ningún momento de sus vidas, es porque no han tomado esta decisión.

        Erróneamente, hay personas que se empeñan en conseguir la perfección, no admiten el fallo, la falta, o la simple imperfección en alguna de las facetas de su vida, o en ninguna de ellas.

        Piensan que no pueden ser felices si falta algo, o si sobra, o si cometieron un fallo a la hora de realizar una tarea, aunque al final el asunto saliera bien. Son incapaces de asumir el error como algo natural e inherente a la vida. Quizá por el miedo a reconocer que ellos mismos son imperfectos. Se convierte en algo insoportable para ellos.

        Sin embargo, el error y la imperfección, son algo con lo que nacemos, igual que el color del pelo, igual que nacen los animales, imperfectos, y las plantas, y las rocas, y los planetas… En realidad que es la imperfección. Si preguntamos sobre la imperfección de una flor a varias personas, unas dirán que el color, otras que se marchita, otras el olor. La imperfección no es ni más ni menos que una de las muchas características que tiene una cosa y que al que la ve, le incomoda. “No me gusta el rojo, no me gusta que se marchite, no me gusta que sea de cuatro hojas, etc.”

        Algunas veces nos preguntamos el porqué le doy importancia al error, o a un error concreto; “porqué a mi me gusta el rojo y a otros los incomoda?”. Quizá sería mejor buscar el “¿para qué?. La naturaleza nos pone la capacidad de ver el error, con el único objetivo de que aprendamos de él y así tener cada vez más capacidad de supervivencia, cuanto más erramos, más sabemos y mejor sobrevivimos.

        Entonces el error, la imperfección, no es algo negativo y necesariamente evitable, visto de esta forma es una herramienta más de nuestra vida, es una de las formas que tenemos de aprender, de crecer, de ser cada día mejores en aquello que hagamos.

        Ahora viene lo difícil: ¿cómo hago para que el error deje de asustarme y pase a ser una oportunidad de aprender?. La respuesta es bien sencilla: ¡empéñate! . Cada vez que veas un error olvida si te molesta o te hace sentir mal, impuro, imperfecto, y empéñate en sacar algo positivo de él, aprende algo de él, vívelo como un reto, como algo que al superarlo vas a sentir felicidad por la meta conseguida, por saber que eres más grande, más listo, más superviviente en tu vida.

        Empeñarse en vivir feliz o empeñarse en vivir amargado. Es una decisión sencilla, clara. Para llevarla a la práctica, es cuestión de empeño y de pensar sólo en la situación que tenemos delante, la situación concreta de hoy en este momento. Si lo vemos como algo general, nos asustará y nos veremos incapaces. (Ves, ya estamos pensando otra vez en nosotros y no en lo que tenemos en las manos).

        Si nos concentramos en el problema presente, poco a poco, aprenderemos a resolver problemas y a aprender de ellos y a disfrutar de nuestra capacidad para resolverlos. Nos olvidaremos de ese pánico a lo imperfecto al que estábamos tan acostumbrados.

        ¡Empéñate en ser feliz!

lunes, agosto 14, 2006

Que hacer con los días no tan buenos

Que hacer con los días no tan buenos

        Indudablemente la vida nos depara muchas ocasiones, quizá demasiadas, en las que nos parece que mejor no haber estado vivo. Son aquellas ocasiones en las que sufrimos un momento de pérdida, un contratiempo, una frustración, etc. Aquí, tenemos dos opciones, sufrir y , con el tiempo, seguir adelante, o sufrir y aprender algo que nos sirva para nuevas ocasiones.

        Está claro, al menos para mí, que el sufrimiento es inevitable, no podemos pretender tener una vida plena sin sufrimiento. Lo que no está tan claro, es que el sufrimiento sólo sea negativo e inútil. La mayor parte de las personas tiene un miedo irracional al sufrimiento, lo ve como algo que se debía evitar a toda costa. Sin embargo el sufrimiento es algo inherente a la vida, igual que lo son las alegrías. Nuestra capacidad de sentir hace que tengamos días buenos y no tan buenos. Sin embargo son los momentos felices y los tristes los que nos hacen aprender y madurar en este camino que es la vida.

        ¿De qué depende pues que nuestro sufrimiento sea inútil o provechoso?. Ni más ni menos que de nuestra voluntad. Empeñarse en vivir o empeñarse en morir. Esta frase es un buen resumen de lo que intento decir hoy. Si nos empeñamos en aprender algo de nuestro sufrimiento, de no verlo como algo malo, sino como una oportunidad de crecer, ese sentimiento no será en vano.

        Muy bonitas palabras, ¿pero que aprendo yo cuando se ha muerto mi esposa, de cáncer, con apenas 37 años?. Es verdad que de esta situación es difícil aprender algo, sobre todo al principio, cuando tenemos el sentimiento de pérdida en plena efervescencia. Al principio sólo nos queda sufrir, llorar, nada volverá a ser lo mismo. Precisamente esto último es la enseñanza de esta ocasión. A partir de una ocasión especial, alegre o triste, nada en nuestra vida volverá a ser lo mismo, nunca recuperaremos lo perdido, y nunca perderemos lo vivido. Quizá esto último, nunca perderemos lo vivido, es lo que, con el tiempo, lograremos aprender de los malos momentos, si queremos. Aquí tenemos dos opciones, empeñarnos en ver lo que perdimos, o empeñarnos en ver lo que tenemos.

- ¿Pero mi mujer ya no está?.

Quizá no la puedes ver o tocar, pero y tú, tus hijos (si los hay), no sois la prueba viviente de que ella ha pasado por este mundo. Los momentos vividos juntos, alegrías y penas, los obstáculos superados juntos todo eso forma parte de ti ahora y por lo tanto su huella está en ti; tú eres ahora tú + ella. Eso es lo que tienes, eso es lo que vivirá mientras tú vivas, eso es lo que aprendiste mientras vivía y lo que puedes llegar a aprender junto con ella el resto de tu vida.

        - ¿Pero aún así la hecho de menos?.

        Volverán los días de tormenta, en los que habrá que llorar la pérdida, pero serán momentos en los que,  después de desahogarnos, tendremos que volver a empeñarnos en vivir, volviendo a recordar lo que dentro de nosotros dejó su paso por nuestra vida y que mejor homenaje a su memoria que hacer que lo que nos dejó, tenga fruto en nuestra vida y en la de los que nos rodean.

viernes, agosto 11, 2006

Empezaré por definir que es la felicidad para mí

Está claro que la felicidad es un sentimiento que podemos experimentar en ocasiones. Es decir, como es un sentimiento ocasional, por definición, no podemos ser felices toda la vida. Buscar la felicidad constante es poco realista.
Partiendo de lo anterior, la felicidad, para mi, es una sensación muy, muy agradable, plena, provocada por estímulos internos o externos y que si aprendes a saborearla, provoca que ese momento vivido, pueda dar sentido a toda una vida. O lo que es lo mismo, hacer que una vida merezca la pena sólo por haber vivido ese momento.
La palabra clave aquí es saborear. A lo largo de nuestra vida, iremos aprendiendo a ser catadores o gourmets de momentos felices. Aprenderemos a paladear, oler, oir, en definitiva, sentir con todos nuestros sentidos ese momento para disfrutarlo.

jueves, agosto 10, 2006

Para qué este blog

La creación de este blog está motivada por la sana intención de poner algo de mi parte en la salud psicológica de todo el que pueda leerlo.
A través de mi experiencia personal como psicólogo, y como persona que vive, sufre, rie y se supera cada día en este mundo, tengo la necesidad de compartir esto con todo el que pueda leer estas líneas, así como recibir toda la sabiduria que otras personas, psicólogos o no, van acumulando, tras largos días de queres superarse y aprender de todo lo que esta vida nos pone a mano.
No pretendo que lo que aquí escribamos sean disertaciones científicas sobre temas psicológicos, sino más bien la oportunidad de que unos y otros nos ayudemos a vivir en esta vida de la forma más sana y feliz posible.
Para empezar, volver a recordar el título de este blog "Querer es poder". Estoy totalmente convencido de que todos, con más o menos esfuerzo, si queremos ser felices, lo podremos conseguir.