Hace bastante tiempo, buscando como disfrutar de la vida, como sacarle el máximo partido. después de muchos años intentando aprender a disfrutar la vida, a saborearla, como un experto catador de vinos… al final, la misma vida hace que te vayas metiendo en su rutina, en su vorágine, hace que vayas perdiendo lo que buscabas, perdiendo tu horizonte. y que hagas concesiones, un día, otro día. hoy cedes en un punto, mañana en dos, al final llega el día en que te das cuenta de que no vas por la vida, sino que la vida te lleva. Te has subido en un tren del que te cuesta salir, o del que ya no recuerdas como salir. es un tren donde creías que podías bajar en cualquier momento. a respirar, a descansar, a ver otros mundos. ese tren te iba a llevar a donde tú quisieras. pero un día te das cuenta de que el tren sólo va por su vía, ese tren sólo sigue su propio camino. Al darte cuenta buscas salir, pero no sabes cuándo, ni hacia donde, ni cómo. No sabes en que estación bajar. Te has acostumbrado al tren, y temes perder lo que te ofrece si bajas. La comodidad, el saber hacia donde te diriges por esa via. Pero descubres que eso te cansa, ya no te motiva, te agobia, te ata y te aprisiona. Necesitas respirar, abrir los ojos, la mente. tu cabeza soporta esa presión constante, de día y de noche, sin descanso
Necesitas algo nuevo, distinto, aunque no veas claro lo que es. Eso te parece que no es tu vida, lo que al principio de subirte a ese tren buscabas.
Lo bueno de esto es que es una lección más de la vida. Y así debes tomarlo. De esto también puedes aprender. aprender a tomar las riendas otra vez, a bajarte del tren cuando te interesa, a ponerle puertas y ventanas, a saltar de él asumiendo el riesgo del dolor de la caida y la belleza de la libertad.
Sin darnos cuenta nos vamos atando, un día otro día, un rato otro rato, nos atamos cada vez más. Necesitamos aprender a desatarnos, a tirarnos en marcha.
El tren es largo, a veces interminable, pero también, en ocasiones breve. Los segundos pasan despacio, los años veloces. Así, aprenderemos a bajarnos en la estación o a tirarnos en marcha, unas veces es mejor una opción y otras una distinta. No siempre lo mejor es lo conocido o lo acostumbrado.
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